2 de abril de 1993. En una de las salas de la Corte de Justicia de Jamestown, en California, imperaba el caos. Mientras las unidades de emergencia se hacían presentes para intentar salvar la vida de un hombre baleado, la mujer que le había disparado se veía tranquila. De hecho, ni siquiera había intentado oponerse a su arresto. Era Ellie Nesler, una de las madres de las víctimas Daniel Driver, un pederasta que llevaba años abusando de niños en un campamento religioso.
Ellie Nesler fue una mujer estadounidense que se convirtió en una heroína local después de tomar la justicia en sus propias manos y disparar al presunto abusador de su hijo en un tribunal de California en 1993.
Nesler había descubierto que su hijo de 7 años había sido abusado sexualmente por un hombre llamado Daniel Driver. Sin embargo, cuando el caso fue llevado ante el tribunal, Driver fue liberado bajo fianza. Nesler, que estaba sentada en la audiencia del juicio, sacó una pistola y disparó cinco veces contra Driver, matándolo.
Nesler fue arrestada y condenada por asesinato en segundo grado, pero muchos en su comunidad la consideraron una heroína por defender a su hijo. Incluso se le hizo una película basada en su vida, titulada “A Promise to Keep”.
Desafortunadamente, la historia de Nesler tuvo un final trágico. En 2008, fue diagnosticada con cáncer y falleció a los 56 años en su hogar en California.
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