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Distanciamiento entre alcaldes de Barranquilla: Char y Pumarejo en desacuerdo público

Una situación destacada que se ha vuelto tema de conversación pública, y que se ha confirmado con el paso de las semanas, está ocurriendo en Barranquilla este año. Existe un distanciamiento entre el actual alcalde de la ciudad, Alejandro Char, y su predecesor, Jaime Pumarejo, que ha ido ganando fuerza y que surgió antes de que Pumarejo concluyera su mandato como alcalde.

Este distanciamiento se originó por varias razones, algunas relacionadas con diferencias en los métodos y enfoques de gestión de Pumarejo, que inicialmente molestaron a Char, aunque él optó por no detenerse en estos detalles y considerarlos como cuestiones de personalidad. Posteriormente, Char comenzó a notar discrepancias en la ejecución de proyectos, manejo del personal, contratación y uso de los recursos de la ciudad, lo cual no estaba en línea con el modelo que querían mantener en Barranquilla.

Aunque Char guardó estas preocupaciones durante mucho tiempo, con el paso del tiempo se hicieron evidentes, y muchas personas notaron estas distancias. Pumarejo, por su parte, comenzó a enviar mensajes indirectos que generaron tensiones en Barranquilla, especialmente en la cúpula, donde las relaciones suelen girar en torno a pocos polos de influencia, como un club, una escuela, algunas empresas privadas y la administración municipal.

Este distanciamiento se agravó aproximadamente hace un año y medio, cuando Pumarejo no asistió a la toma de posesión de Char, quien a su vez no ha visitado la obra emblemática de Pumarejo, la Ciénaga de Mallorquín. Char se ha enfocado en poner orden en su administración en estos últimos tres meses, optando por manejar esta situación en silencio en lugar de realizar un informe detallado como lo han hecho otros alcaldes en ciudades como Cali o Medellín.

Char ha instruido a sus colaboradores a informar sobre cualquier irregularidad significativa a las autoridades pertinentes, pero se ha observado una situación complicada tanto administrativa como financieramente, lo que ha retrasado el inicio de varias iniciativas de la administración actual. Se encontraron muchos frentes y proyectos de infraestructura paralizados, con deudas pendientes con proveedores del Distrito y contratistas de la Alcaldía, lo cual fue una sorpresa para Char y contribuyó a la parálisis en la ciudad.

Este contexto generó malestar tanto a nivel social como político entre los colaboradores cercanos a la administración, ya que los pagos no se cumplieron, lo que llevó a tensiones que gradualmente se han intentado resolver, abordando problemas como la gestión de residuos, iluminación, seguridad, entre otros, y tratando de superar la parálisis que afectaba a la ciudad. Según el círculo íntimo de Char, la situación encontrada fue tan grave que las consideraciones personales pasaron a un segundo plano, priorizando la atención a la situación de la ciudad.