La situación que muestra el video de las largas filas en las diferentes estaciones de Transmetro en Barranquilla para adquirir las tarjetas de pago y poder usar el servicio es preocupante y revela una serie de deficiencias en la gestión de la alcaldía de la ciudad.
En primer lugar, la falta de previsión y planificación por parte de las autoridades es evidente. No es aceptable que los ciudadanos tengan que enfrentarse a estas descomunales filas simplemente para obtener una tarjeta que les permita acceder al transporte público. Esto no solo genera molestias y pérdida de tiempo para los usuarios, sino que también puede afectar la eficiencia del servicio en general al generar congestiones y retrasos.
Además, esta situación pone en evidencia una falta de inversión en tecnología y sistemas de gestión que permitan una adquisición más rápida y eficiente de las tarjetas de pago. En plena era digital, es incomprensible que aún se requiera una espera tan larga y tediosa para obtener un medio de pago básico para el transporte público.
Otro aspecto crítico es la falta de comunicación y transparencia por parte de la alcaldía. Si esta situación es recurrente o se debe a algún problema específico, los ciudadanos merecen una explicación clara y honesta por parte de las autoridades responsables. La falta de información solo contribuye a la frustración y la desconfianza de la comunidad hacia la gestión pública.
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