José Antonio Salazar explicó que, tras una minuciosa revisión, encontró inviable mantener la decisión de Álvaro Leyva de declarar desierta la licitación de pasaportes, revocándola directamente.
Esto condujo a su destitución por parte del presidente Gustavo Petro, quien lo acusó de traición. Salazar, sin embargo, afirmó que cumplió con su deber y se marcha “feliz”. Destacó que la licitación se realizó conforme a la ley y garantías constitucionales.
Respecto a la contradicción con Leyva, Salazar argumentó diferencias jurídicas y la imposibilidad de mantener una licitación desierta cuando existe un único proponente calificado. Además, señaló que su decisión evitó una posible demanda de Thomas Greg y Sons por más de 100.000 millones de pesos. Por otro lado, aclaró que el gobierno no puede revocar la decisión, por lo que Thomas Greg y Sons seguirá gestionando los pasaportes y visas en el país.
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