Opinión| Antonio Bohórquez: El Eterno Perdedor que Juega a Dos Bandas en Barranquilla

En la agitada arena política de Barranquilla, Antonio Bohorquez se ha ganado una reputación que lo coloca como un eterno perdedor. Este opositor de los Char, quienes mantienen una hegemonía en la ciudad desde hace más de una década, ha demostrado ser un jugador estratégico que parece atacar al gobierno local en tiempos de elecciones, pero baja la guardia en el control político del concejo en otros periodos, dejando lugar a la especulación de que se beneficia de la famosa “mermelada” política.

Bohorquez, de 56 años, recibió el coavallo de la coalición ‘Eso Va’, conformada por el Polo Democrático Alternativo y el Pacto Histórico. Con apenas un 7.2% de favorabilidad en las encuestas, se encuentra muy por detrás del favorito Alejandro Char, quien ostenta un sólido 84% de apoyo popular. A pesar de su bajo rendimiento en las encuestas, Bohorquez se mantiene en la contienda electoral, y los analistas políticos sugieren que su persistencia se debe a su ambición por asegurar un lugar en el concejo municipal.

El contraste entre Bohorquez y Char es evidente. Mientras Char, de Cambio Radical, se alza como el favorito para mantener la hegemonía de su partido en Barranquilla, Bohorquez parece estar atrapado en un ciclo de derrotas electorales. Su estrategia de atacar al gobierno local en tiempos de elecciones es vista por algunos como oportunista, ya que se espera que cumpla un papel más activo en el control político de la ciudad durante su tiempo en el concejo.

Los críticos argumentan que, en lugar de centrarse en ofrecer soluciones y propuestas sólidas para la ciudad, Bohorquez opta por la retórica de oposición para ganar apoyo en las urnas. Su imagen parece desgastada, y su capacidad para liderar un cambio significativo en Barranquilla es cuestionable.

En última instancia, la figura de Antonio Bohorquez representa una paradoja en la política de Barranquilla: un eterno perdedor que sigue en la contienda con la esperanza de obtener una curul en el concejo, incluso cuando sus posibilidades de victoria en las elecciones de alcaldía son escasas. Su papel en la política local sigue siendo objeto de debate y especulación.